El Passatge de Sant Felip es un rincón singular del barrio de El Farró, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi de Barcelona, que parece transportarte fuera de la ciudad. Se trata de un pasaje que, aunque está en el corazón de Barcelona, ofrece una atmósfera tan tranquila y atemporal que da la sensación de haber viajado a otra época. Este pasaje, compuesto por 17 casas de estilos arquitectónicos diversos, data de finales del siglo XIX y principios del XX, con claras influencias del modernismo y de otras corrientes novecentistas.
La historia de este lugar comienza en 1877, cuando se comenzó a construir sobre terrenos que anteriormente se dedicaban al cultivo de cereales y hortalizas. El proyecto original, presentado por Francesca Pou, viuda del propietario de los terrenos, contemplaba 24 parcelas, pero finalmente se construyeron solo 17 viviendas. En su origen, estas casas tenían un diseño que incluía plantas bajas con patios y jardines tanto al frente como en la parte posterior. Aunque algunas casas han desaparecido o se han modificado, el pasaje aún conserva su espíritu romántico, especialmente con elementos como los pilares de piedra de los accesos, las rejas de hierro y las farolas de gas en la entrada que da a la calle Saragossa.
La propiedad en cuestión es una auténtica joya arquitectónica, catalogada y ubicada en este emblemático pasaje. La casa fue rehabilitada entre 1988 y 1997 por el arquitecto italiano Tobia Scarpa, hijo de la leyenda Carlo Scarpa. Durante su intervención, las fachadas originales fueron cuidadosamente restauradas, preservando el diseño de la época, mientras que el interior adquirió un carácter contemporáneo. Entre 2003 y 2006, una segunda reforma culminó los espacios inacabados y añadió un ascensor de siete paradas, integrando la comodidad moderna en una estructura histórica.
Scarpa dejó su huella personal en cada rincón de esta vivienda excepcional. Utilizó polvo de mármol en las paredes, perfiles metálicos de hierro calibrado y suelos de mármol italiano, importados exclusivamente para este proyecto. Los pomos de las puertas y cada pieza de mosaico veneciano en la planta principal son testigos del meticuloso y exclusivo diseño de Scarpa, una muestra palpable de su visión arquitectónica única.
Diseñada para ofrecer confort y tranquilidad en cada rincón. Al entrar, te recibe un amplio vestíbulo que te conduce a un luminoso salón, el cual se abre al hermoso jardín inglés de 130 metros, un espacio ideal para relajarse o disfrutar de la naturaleza. La propiedad tiene una superficie total de unos 640 m² distribuidos en cuatro plantas principales de 131 m² cada una, dos entreplantas de 50 m² y 15 m² en la azotea. El diseño está pensado para aprovechar al máximo la luz natural y los espacios exteriores, con un gran patio inglés que conecta con un salón de doble altura, esta planta también se encuentra un pequeño aseo para mayor comodidad.
Bajando a la planta inferior, se descubre una cocina espaciosa, con comedor integrado, perfecta para reuniones familiares. Además, cuenta con una despensa que facilita el almacenamiento, un dormitorio y un cuarto de baño, lo que agrega funcionalidad a esta zona de la casa. Entre la planta baja y el primer piso, un altillo ofrece un rincón tranquilo, ideal para leer o descansar.
El primer nivel se caracteriza por dos amplios dormitorios, uno con vistas al jardín inglés y el otro con acceso a un balcón que da a un pasadizo sereno y pintoresco. En esta planta también hay dos cuartos de baño y un vestidor, brindando una zona privada y cómoda.
En el segundo piso se encuentra una sala que actualmente se utiliza como despacho, proporcionando un ambiente ideal para trabajar. Además, hay dos dormitorios más y un cuarto de baño, ofreciendo más opciones de confort para la familia.
Finalmente, la última planta alberga una azotea con piscina privada, desde donde se disfrutan impresionantes vistas panorámicas del Tibidabo y del encantador pasadizo. Sin duda, es un lugar único que combina elegancia, funcionalidad y un entorno natural excepcional.
Los jardines, uno que da al pasaje y otro en la parte posterior, rodean un «patio inglés», creando un ambiente de paz y privacidad. También dispone de una bodega, trastero y zonas técnicas en el sótano, completando así esta impresionante propiedad.
Una verdadera obra maestra arquitectónica en el corazón de Barcelona, perfecta para quienes aprecian la historia, el arte y el confort.